viernes, 3 de enero de 2014

IMAGINANDO OLAS CON TOM

Publicado el viernes, enero 03, 2014No hay comentarios

Tom Veiga es un artista brasileño que tiene un estilo que, mediante trazos únicos sintetiza la fibra misma de cada elemento que pinta. Cada objeto que recrea es nuevo, pero a la vez, por esa habilidad de capturar lo esencial, totalmente reconocible. Pese a su juventud, Tom dentro del Surf Art es hoy un imprescindible.

Uno, quizás por mero ejercicio periodístico, se empeña en buscar los porqués de todo. Y en el caso particular de Veiga, saber que tal vez el haber trabajado como diseñador durante casi una década en distintas agencias de publicidad, sea la respuesta para comprender dónde se entrenó en ese ejercicio de la síntesis. Sus obras poseen un estilo simple para el disfrute del público, pero que delata muchas horas de trabajo y estudio.

Cada uno de sus trabajos son una clase de dominio del movimiento, los rasgos y los colores. "Teniendo como eje la simplicidad y la alegría de la vida intento reflejar mi visión del mundo, pueden ser olas o cualquier objeto que llame mi atención"- nos dice en un portugués bastante cerrado desde el teléfono. Sos un joven referente del Surf Art.

 De hecho fuiste convocado recientemente nada menos que por Billabong Europa para hacer parte de su colección. Sin embargo, me enteré que no surfás. No, no surfeo. Tengo un problema en la rodilla a causa de jugar al fútbol y no puedo hacer los movimientos más radicales. Creo entonces que el arte viene a completar la falta de surf y cada vez que hago una nueva ola siento como si la estuviera surfeando.

El arte permite que me conecte con la cultura del surf. Sigo los campeonatos, voy a los eventos, siempre estoy comprando revistas y DVD´s de surf, hago algunos trofeos, los proyectos con las marcas, respiro la cultura por no ser capaz de practicar el deporte. Cada obra tuya, sería un pasaje abierto al lugar del mundo que desees… Si, y en lo que r efiere a las olas, es viajar a un lugar que no deja de sorprenderme.

Lo que encuentro de maravilloso en dibujar una ola es que es algo hecho por Dios, quien las hizo en cada lugar del mundo con características casi únicas e irrepetibles: hay ondas curvas (ahí se me escapó el diseñador) grandes, pequeñas, fuertes, débiles, calientes, frías, largas y pesadas, pero todas son hermosas. Y esa belleza me inspira a tratar de ser capaz de reflejar estas diferencias a través del color y el movimiento. La playa es un entorno que me fascina. Y entrar en el proceso creativo de pintar una ola, o un pico específico, me acerca a ese lugar del que vivo lejos. Y estar, o sentirme en una playa es algo relajante para mí.

¿Cómo empezaste a pintar y por qué?
Desde el primer momento, pintar y dibujar me atrajeron por permitirme viajar con la imaginación a lugares no sólo remotos o distantes de donde ya vivía, sino también hasta imposibles. Porque ante todo el arte, más allá de la habilidad con cada herramienta, es un ejercicio de y para la imaginación.

Y tu estilo, ¿de dónde creés que viene?
Humildemente es el resultado de muchos años de estudio. He logrado crear un lenguaje que, resumiendo, sería como captar la esencia de cada objeto con la mínima cantidad de rasgos posibles. Mejorando, o intentando mejorar el color y el movimiento.

¿Qué técnicas y herramientas son tus favoritas?
Intento utilizar casi todas las técnicas disponibles. Uso desde un simple papel, que puede ser una servilleta o cualquier otro soporte que tenga a mano cuando se me ocurre una idea, hasta las computadoras. Generalmente mi trabajo comienza desde lo artesanal, trabajando de forma manual, y luego a ese primer boceto lo paso por el tamiz del Ilustrator o el Photoshop, sobre todo para lograr una fidelidad con los colores orinales a la hora de imprimir para exponer. Hablando de exponer creo que, sin renegar de la importancia de los museos, hoy las posibilidades para un artista de mostrar lo que hace son muchas e igualmente interesantes. Realmente entrar en galerías y museos es difícil para cualquier artista.

Son ámbitos cerrados para alguien que no es muy conocido. Entonces estos lugares nuevos, donde el arte en muchas de sus formas ha logrado entrar, son más que interesantes e importantes. Es un feliz signo de la modernidad supongo. Personalmente me gusta ver mi trabajo en la calle, me gusta acercar mis obras a la gente, antes de esperar que el público llegue a ellas para observarlas. En este sentido el arte ha ganado terreno, traspasando ya las paredes de los museos y las galerías.

Tus trabajos no sólo los has volcado sobre lienzos o papeles, sino que he visto tus obras en los más diversos objetos: zapatillas, guitarras, trofeos. ¿Hay una intención tuya ahí, quizás relacionada con la búsqueda de otros soportes?

No lo sé. Pero me pasa que siento que hay productos que requieren arte, como que les falta algo. Y las curvas de algunos objetos me llaman la atención e imagino mi trabajo puesto en él. Entonces digo, porqué quedarme con lo que imagino. Y lo hago, saco mis trazos de la pantalla y los vuelco sobre diferentes objetos, quizás más difíciles de pintar que un plano, pero que redoblan el desafío. Y el resultado final siempre termina siendo genial. Me encanta ver mi trabajo plasmado en un formato diferente.

¿Cuándo pensás venir con tus trabajos a la Argentina?
Es un sueño exponer en Argentina. Todavía no tuve la oportunidad pero espero que en 2013 pueda realizar ese sueño

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